Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación
Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia.
Durban (Sudáfrica), del 31 de
agosto al 8 de septiembre de 2001.
Medidas de prevención, educación y protección destinadas a erradicar el
racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de
intolerancia en los ámbitos nacional, regional e internacional
Reconocemos
que las condiciones políticas, económicas, culturales y sociales no equitativas
pueden engendrar y fomentar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia
y las formas conexas de intolerancia, que a su vez exacerban la desigualdad.
Creemos que una auténtica igualdad de oportunidades para todos en todos los
campos, incluido el desarrollo, es fundamental para la erradicación del
racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de
intolerancia.
Afirmamos que
la adhesión universal a la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Racial y su pleno cumplimiento tienen importancia primordial
para la promoción de la igualdad y la no discriminación en el mundo.
Reafirmamos el
compromiso solemne de todos los Estados de fomentar el respeto universal, la
observancia y la protección de todos los derechos humanos, económicos,
sociales, culturales, civiles y políticos, incluidos el derecho al desarrollo,
como factor fundamental para la prevención y eliminación del racismo, la
discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia.
Estamos
firmemente convencidos de que los obstáculos para vencer la discriminación
racial y conseguir la igualdad racial radican principalmente en la falta de voluntad
política, la legislación deficiente, y la falta de estrategias de aplicación y
de medidas concretas por los Estados, así como en la prevalencia de actitudes
racistas y estereotipos negativos.
Creemos
firmemente que la educación, el desarrollo y la aplicación cabal de todas las normas
y obligaciones de derechos humanos internacionales, en particular la
promulgación de leyes y estrategias políticas, sociales y económicas, son
fundamentales para combatir el racismo, la discriminación racial, la xenofobia
y las formas conexas de intolerancia.
Reconocemos
que la democracia y un gobierno transparente, responsable y participativo que
responda a las necesidades y aspiraciones de la población, y el respeto de los derechos
humanos, las libertades fundamentales y el estado de derecho son esenciales
para la prevención y la eliminación efectivas del racismo, la discriminación
racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia. Reafirmamos que toda
forma de impunidad por delitos motivados por actitudes racistas y xenófobas
contribuye a debilitar el Estado de derecho y la democracia y tiende a fomentar
la repetición de tales actos.
Afirmamos que
el Diálogo entre Civilizaciones constituye un proceso para lograr la identificación
y la promoción de bases comunes entre las civilizaciones, el reconocimiento y
la promoción de la dignidad inherente a todos los seres humanos y de la
igualdad de derechos de éstos y el respeto de los principios fundamentales de
justicia; de este modo, puede disipar los conceptos de superioridad racial
basados en el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas
de intolerancia, y facilitar la construcción de un mundo reconciliado para la
familia humana.
Destacamos la
función clave que los dirigentes y los partidos políticos pueden y deben
desempeñar en la lucha contra el racismo, la discriminación racial, la
xenofobia y las formas conexas de intolerancia, y alentamos a los partidos
políticos a que tomen medidas concretas para promover la solidaridad, la
tolerancia y el respeto.
Condenamos la
persistencia y la reaparición del neo nazismo, neofascismo y de ideologías nacionalistas violentas basadas en
prejuicios raciales o nacionales y declaramos que esos fenómenos no se pueden
justificar en ningún caso ni bajo ninguna circunstancia.
Condenamos las
plataformas y organizaciones políticas basadas en el racismo, la xenofobia o
las doctrinas de la superioridad y la discriminación racial, así como la
legislación y las prácticas basadas en el racismo, la discriminación racial, la
xenofobia y las formas conexas de intolerancia, por ser incompatibles con la
democracia y la gobernanza transparente y responsable.
Reafirmamos
que el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de
intolerancia permitidos por las políticas gubernamentales violan los derechos
humanos y pueden poner en peligro las relaciones de amistad entre los pueblos,
la cooperación entre las naciones y la paz y la seguridad internacionales.
Recordamos que
la difusión de todas las ideas basadas en la superioridad o en el odio racial
deberá ser declarada delito punible por ley, teniendo debidamente en cuenta los
principios consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y los
derechos expresamente enunciados en el artículo 5 de la Convención
Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial.
Observamos el párrafo b) del artículo 4 de la Convención Internacional sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial impone a los Estados
la obligación de mostrarse vigilantes y de tomar medidas contra las
organizaciones que difunden ideas basadas en la superioridad o el odio racial,
cometen actos de violencia o incitan a cometer tales actos.
Esas
organizaciones deberán ser condenadas y desalentadas. Reconocemos que los
medios de comunicación deben representar la diversidad de la sociedad
multicultural y desempeñar su función en la lucha contra el racismo, la
discriminación racial, la xenofobia y
las formas conexas de intolerancia. A este respecto destacamos la fuerza de la
publicidad; Tomamos nota con pesar de que algunos medios de comunicación, al
promover imágenes falsas y estereotipos negativos de grupos y personas
vulnerables, en particular migrantes y refugiados, han contribuido a la
difusión de sentimientos racistas y xenófobos entre el público y, en algunos
casos, han alentado la violencia por parte de individuos y grupos racistas.
Reconocemos la
contribución positiva que el ejercicio del derecho a la libertad de expresión,
en particular por los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, incluida
Internet, y el pleno respeto de la libertad de buscar, recibir y comunicar
información puede hacer a la lucha contra el racismo, la discriminación racial,
la xenofobia y las formas conexas de intolerancia. Reiteramos la necesidad de
respetar la independencia de la prensa y la autonomía de los medios de
comunicación a este respecto.
Expresamos
nuestra profunda preocupación por el uso de las nuevas tecnologías de la
información, como Internet, con fines contrarios al respeto de los valores
humanos, la igualdad, la no discriminación, el respeto por los demás y la
tolerancia, en particular para propagar el racismo, el odio racial, la
xenofobia, la discriminación racial y las formas conexas de intolerancia, y,
sobre todo, por la posibilidad de que los niños y los jóvenes que tienen acceso
a esa información se vean negativamente influidos por ella.
Reconocemos
también la necesidad de promover la utilización de nuevas tecnologías de la
información y las comunicaciones, particularmente Internet, para contribuir a
la lucha contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas
conexas de intolerancia; las nuevas tecnologías pueden ayudar a promover la
tolerancia y el respeto de la dignidad humana, así como los principios de la igualdad
y la no discriminación.
Afirmamos que
todos los Estados deberían reconocer la importancia de los medios de
información de la comunidad que permiten expresarse a las víctimas del racismo,
la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia.
Reafirmamos
que la estigmatización de las personas de diferentes orígenes mediante actos u
omisiones de las autoridades públicas, las instituciones, los medios de
información, los partidos políticos o las organizaciones nacionales o locales
no sólo es un acto de discriminación racial, sino que además puede incitar a la
repetición de tales actos, resultando así en la creación de un círculo vicioso
que refuerza las actitudes y los prejuicios racistas, y que debe condenarse.
Reconocemos
que la educación a todos los niveles y a todas las edades, inclusive dentro de
la familia, en especial la educación en materia de derechos humanos, es la
clave para modificar las actitudes y los comportamientos basados en el racismo,
la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia y para
promover la tolerancia y el respeto de la diversidad en las sociedades.
Afirmamos además que una educación de este tipo es un factor determinante en la
promoción, difusión y protección de los valores democráticos de justicia y
equidad, que son fundamentales para prevenir y combatir el avance del racismo,
la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia.
Reconocemos
que la calidad de la educación, la eliminación del analfabetismo y el acceso a
la enseñanza primaria gratuita para todos pueden contribuir a promover
sociedades menos excluyentes, la equidad, unas relaciones estables y armoniosas
y la amistad entre las naciones, los pueblos, los grupos y los individuos, y
una cultura de paz, favoreciendo la comprensión mutua, la solidaridad, la
justicia social y el respeto de todos los derechos humanos para todos.
Hacemos
hincapié en los vínculos entre el derecho a la educación y la lucha contra el
racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de
intolerancia y en la función esencial de la educación, en particular la
educación sobre los derechos humanos y la educación que reconozca y respete la
diversidad cultural, especialmente entre los niños y los jóvenes, para prevenir
y erradicar todas las formas de intolerancia y discriminación.
Educación sobre
derechos humanos para niños y jóvenes
Insta a los
Estados a que introduzcan y, en su caso, refuercen los elementos de lucha
contra la discriminación y el racismo en los programas de derechos humanos de
los planes de estudio escolares, preparen o mejoren los materiales didácticos
pertinentes, tales como manuales de historia y otros libros de texto, y se
aseguren de que todos los maestros estén bien formados y debidamente motivados
para inculcar actitudes y pautas de comportamiento, basados en los principios
de la no discriminación, el respeto mutuo y la tolerancia.
Exhorta
también a los Estados a que emprendan y faciliten actividades para educar a los
jóvenes en materia de derechos humanos, valores democráticos y civismo, y a que
les inculquen la solidaridad, el respeto y el aprecio de la diversidad, en
particular el respeto a los grupos diferentes. Debe hacerse un esfuerzo
especial por enseñar a los jóvenes a respetar los valores democráticos y los
derechos humanos, y sensibilizarlos al respecto, a fin de luchar contra las
ideologías basadas en la falaz teoría de la superioridad racial.
Insta a los
Estados a que alienten a todas las escuelas a que consideren la posibilidad de
desarrollar actividades educacionales incluso de carácter no académico para
aumentar la concienciación sobre el racismo, la discriminación racial, la
xenofobia y las formas conexas de intolerancia, entre otras cosas, mediante la
conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación
Racial (21 de marzo).
Recomienda a
los Estados que, en los programas de estudios y en las instituciones de
enseñanza superior, introduzcan o fortalezcan la enseñanza de los derechos
humanos, con el fin de eliminar los prejuicios que propician la discriminación
racial y de promover la comprensión, la tolerancia y la amistad entre los
distintos grupos raciales o étnicos, y que apoyen los programas de enseñanza
académica y no académica concebidos para promover la diversidad cultural y
fomentar la autoestima de las víctimas.
Insta a los
Estados a que organicen y refuercen las actividades de capacitación sobre los
derechos humanos con enfoque antirracista y antisexista, para los funcionarios
públicos, incluido el personal de la administración de justicia, especialmente
el de los servicios de seguridad, penitenciarios y de policía, así como entre
las autoridades de salud, enseñanza y migración.
Insta a los
Estados a que presten especial atención a los efectos negativos del racismo, la
discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia en la
administración de justicia y la imparcialidad de los juicios y a que realicen
campañas a nivel nacional, entre otras medidas, a fin de dar a conocer a los
órganos estatales y a los funcionarios públicos
las obligaciones que les corresponden en virtud de la Convención Internacional
sobre la eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial y otros
instrumentos pertinentes.
Pide a los
Estados que organicen y faciliten, cuando proceda en colaboración con
organizaciones intergubernamentales, instituciones nacionales, organizaciones
no gubernamentales y el sector privado, actividades de capacitación, en
particular cursos o seminarios, sobre las normas internacionales que prohíben
la discriminación racial y su aplicación en el derecho interno, y sobre sus
obligaciones internacionales en materia de derechos humanos para fiscales,
miembros de la judicatura y otros funcionarios públicos.
Exhorta a los
Estados a que velen por que en la enseñanza y la capacitación, especialmente en
la capacitación de maestros, se promueva el respeto de los derechos humanos, y
la lucha contra el racismo, la discriminación racial y otras formas conexas de
intolerancia, y que las instituciones de enseñanza apliquen la igualdad de
oportunidades y programas acordados por las autoridades pertinentes sobre la
igualdad entre los sexos y la diversidad cultural, religiosa y de otra índole,
y velen por su aplicación, con la participación de los maestros, los padres y
los alumnos.
Insta además a
todos los educadores, incluidos los profesores de los distintos niveles de
educación, las comunidades religiosas y la prensa escrita y electrónica, a que
desempeñen una labor eficaz en el ámbito de la educación de los derechos
humanos y también como medio de lucha contra el racismo, la discriminación
racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia.
Alienta a los
Estados a considerar la posibilidad de adoptar medidas para aumentar la
contratación, la retención y el ascenso de mujeres y hombres perteneciente a
los grupos que estén actualmente insuficientemente representados en el sector
de la enseñanza como consecuencia del racismo, la discriminación racial, la
xenofobia y las formas conexas de intolerancia, y a garantizarles un acceso
efectivo en pie de igualdad a ese sector. Se debe hacer todo lo posible por
contratar a mujeres y hombres que tengan capacidad para interrelacionarse de
modo eficaz con todos los grupos.
Insta a los
Estados a que refuercen las actividades de capacitación y sensibilización en
materia de derechos humanos destinadas a los funcionarios de inmigración, la
policía de fronteras, el personal de los centros de detención y las cárceles, las
autoridades locales y otros funcionarios de orden público, así como los
maestros, prestando especial atención a los derechos humanos de los migrantes,
los refugiados y los solicitantes de asilo, con el fin de prevenir actos de
discriminación racial y xenofobia y evitar situaciones en que los prejuicios
puedan hacer que se adopten decisiones basadas en el racismo, la discriminación
racial, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia.
Insta a los
Estados a que impartan o intensifiquen la capacitación a las fuerzas del orden,
los funcionarios de inmigración y otros funcionarios competentes sobre la
prevención de la trata de personas. La capacitación debería centrarse en los
métodos de prevención de la trata, el enjuiciamiento de los responsables y la
protección de los derechos de las víctimas, en particular protegiéndolas de los
tratantes. En la capacitación también debería tenerse en cuenta la necesidad de
prestar atención a los derechos humanos y las cuestiones relacionadas con los
derechos del niño y de la mujer, y se debería fomentar la cooperación con las
organizaciones no gubernamentales, otras organizaciones pertinentes y otros
sectores de la sociedad civil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario